Afrontar la sexualidad de manera responsable permite una relación cómoda y segura, sin miedos y preocupaciones a un embarazo no deseado o, más importante en muchos casos, adquirir una enfermedad de transmisión sexual.
En la actualidad, uno de los métodos anticonceptivos disponibles es el anticonceptivo oral o comúnmente lo que llamamos la píldora anticonceptiva.
Existe en el mercado una extensa gama de comprimidos con diferentes composiciones que cubren necesidades individuales para cada mujer.
Para saber qué son los anticonceptivos hormonales y su función debe comprenderse que como un fármaco cuyo mecanismo de acción es la inhibición de la ovulación impidiendo la secreción de las hormonas FSH y LH.
Por tanto, evitar la ovulación también evitará el embarazo. Cabe decir, que en farmacología y desde el punto de vista médico, las llamadas «pastillas anticonceptivas» no son 100% seguras, pues siempre existe una posibilidad (muy dificil estadísticamente) de contraer un embarazo.
¿Cuáles son los anticonceptivos hormonales más usados?
Los anticonceptivos hormonales más usados y recetados suelen llevar una combinación monofásica con una misma dosis hormonal que consta de:
- 21 comprimidos
- 28 comprimidos, si incluye la semana de placebo
Las anticonceptivas combinadas de tipo monofásico contienen dos tipos diferentes de hormonas: estrógenos y progestágenos, y es por ello que se llaman «combinadas».
Puedes mirar aquí esta lista de los prospectos de las anticonceptivas más prescritas por el médico:
¿Cómo actúan los anticonceptivos en la mujer?
Su mecanismo de acción es complejo. Las hormonas son mensajeros que aportan información al organismo y se encargan de su correcta función y desarrollo.
Las hormonas, destinadas al aparato reproductor, afectan también a las características sexuales secundarias diferencian a hombres y mujeres.
Su acción también se propaga a otros sistemas e inciden directamente sobre la piel, el cabello, los huesos y la líbido sexual.
En el caso de las mujeres, las hormonas estimulan los ovarios y éstos, como respuesta, producen estrógenos y progestágenos que preparan al organismo para un embarazo durante un tiempo determinado o ciclo.
¿Qué provocan las hormonas en la mujer?
Los 14 primeros días se produce la primera mitad del ciclo y es cuando el óvulo madura y se expulsa hacia las trompas uterinas (algunas mujeres tienen sensación de tirantez en el abdomen en este estadio).
En la segunda fase el óvulo maduro se dirige hacia el útero y durará hasta que el óvulo sea expulsado en caso de no ser fecundado (lo que conocemos como menstruación o tener la regla).
Mientras en la 1ª fase los ovarios producen estrógeno, en la 2ª mitad del ciclo el óvulo está fase de maduración y se cubre.
Esta cubierta se transforma en una pequeña glándula amarillenta denominada cuerpo lúteo y que produce progestágeno.
Ahora entendemos, por tanto, que ambas hormonas son necesarias y contribuyen a la preparación del aparato reproductor femenino para un posible embarazo.
¿Son efectivas las anticonceptivas para evitar embarazos no deseados?
Por tanto, entre los distintos métodos anticonceptivos para proteger a la mujer de un posible embarazo, los anticonceptivos orales actúan evitando la maduración del óvulo.
Esto implica que no se producirá la ovulación.
A su vez, también modifican el tapón del útero que pasará de denso a más espeso, y así los espermatozoides no pueden ascender con tanta facilidad hacia el útero.
La administración regular de anticonceptivas proporciona una efectividad cercana al 100%, dando total libertad a una vida sexual responsable.
Entre la amplia gama existente en el mercado, existen otros comprimidos que a pesa de su acción anticonceptiva, poseen otras indicaciones debido a su formulación y tipo de progestágeno utilizado.
Éstas son conocidas en el ámbito farmacéutico como «reguladoras hormonales» y se encargan de los efectos adicionales antes mencionados como por ejemplo, la eliminación de grasa e impurezas de la piel y el cabello o actuación frente al acné.
Hoy día, existen difeentes dosis hormonales que pretenden ajustarse lo máximo posible a la necesidad de la mujer para que ésta las puedas tolerar sin problema y administrar de forma segura.
De todas formas, en algunas mujeres se pueden producir efectos colaterales, en especial los primeros meses de uso, mientras el cuerpo se adapta a ellos.
Suelen ser reacciones de baja intensidad y pasajeras y no justifican la suspensión del anticonceptivo aunque deben ser motivo de visita médica.
Beneficios y efectos adversos de los anticonceptivos hormonales
En resumen, los anticonceptivos de tipo hormonal son uno de los métodos más empleados para el control de la fertilidad puesto que se consideran el método más eficaz respecto a los índices de embarazos no deseados y sus estadísticas.
Además, el método, es fácil de usar, presenta una alta tolerancia y no afecta la relación sexual.
Como beneficios de los anticonceptivos, en cuanto anticonceptivos combinados, cabe destacar la baja incidencia de efectos adversos y ciertas mejora en algunas patologías.
Estos aspectos los podemos agrupar en la siguiente lista:
- Regulan la menstruación
- Previenen de quistes ováricos
- Previenen del cáncer de endometrio
- Previenen del cáncer de ovario
- Previenen de la enfermedad fibroquística mamaria
- Previenen de la enfermedad pélvica inflamatoria aguda
- Previenen fracturas inducidas por la osteoporosis en etapa postmenopáusica
- Tratan y regulan el acné
- Tratan la perimenopausia (período de transción que lleva a la menopausia)
- Reducen la dismenorrea
- Reducen la menorragia
- Reducen el embarazo ectópico
- Aumentan la densidad mineral ósea
Los efectos adversos, aunque infrecuentes, suelen ser leves dependiendo del grado de susceptbilidad y tolerancia a los componentes hormonales.
Pero gracias a la introducción de nuevas especialidades que ofrecen dosis más pequeñas combinadas, esto puede evitarse y corregirse.
Es de obligada citación, advertir e informar de los posibles efectos adversos y efectos secundarios que se pueden producir al administrar de forma regular, e incluso puntual en algunos casos, los anticonceptivos orales.
- Aumento de los niveles de estrógeno: producen menorragia, náuseas, vómitos, retención de líquidos, tensión mamaria acompañada de dolor.
- Aumento de los niveles de progestágeno: amenorrea (no hay sangrado), acné, seborrea, aumento de peso, reducción de la líbido, irritabilidad, depresión y en ocasiones también tensión mamaria.
- Hipertensión: Suele darse de forma progesiva y está ligada a la cantidad de estrógenos.
- Tromboembolismo venoso profundo (TVP): El riesgo a padecerla es muy pequeño (0,005%) pero puede aumentar si se padece obesidad, insuficiencia venosa o cirugía mayor. Está ligado a la dosis estrogénica y es curioso que, a medida que aparecen anticonceptivas de nueva generación, el riesgo puede ir aumentando. Por ejemplo, si los anticonceptivos llevan como progestágenos el levonorgestrel o la noretisterona la incidencia pasa a un 0,015%. Y si llevan en su composición desogestrel o gestondeno como progestagenos, entonces la incidencia aumenta a 0,03%. Cabe recordar que estos valores no son del todo alarmantes si comparamos que la incidencia en una mujer embarazada es del 0,06%.
- Cáncer de mama: No hay estudios donde se demuestre una relación causa-efecto en mujeres que llevan una larga temporada tomando anticonceptivos orales.
- Cáncer de cérvix: En los últimos años, se ha observado que el uso continuado de anticonceptivos orales puede incrementar el riesgo a padecerlo. Es conveniente, realizar un chequeo ginecológico previo si la mujer se plantea la administración contínua.
- Infarto de miocardio: Los anticonceptivos orales asociados a otros factores tales como la hipertensión, diabetes, hiperlipidemia, tabaquismo y una edad superior a los 35 años, pueden incrementar el riesgo de infarto y de accidente cerebrovascular agudo, sobretodo en aquellas mujeres que llevan largos períodos activos tomando la píldora sin descanso. El riesgo es mucho menor para una determinada edad si se dejaron de tomar anticonceptivos hace años.
- Interacciones farmacológicas: Son las más frecuentes puesto que hay muchos medicamentos capaces de interactuar con los anticonceptivos orales pudiendo incluso reducir su efecto y provocar embarazos no deseados. Algunos de ellos son: los antibióticos (penicilina y derivados, tetraciclinas), rifampicina, ritonavir, troglitazona, antifúngicos orales y anticonvulsionantes. Uno de los signos más fáciles de detectar para saber si el anticonceptivo ha dejado de ser efectivo es observar si hay sangrado intermenstrual, o sea, en mitad del período.
¿Qué controles tengo que hacer antes de tomar anticonceptivas?
En lo referente a anticonceptivos hormonales, no hay un modelo de mujer ideal para su administración.
Todas las mujeres sanas, a excepción de algunos casos como el embarazo, son susceptibles de poder iniciar un tratamiento con anticonceptivos hormonales.
Lo que pasa que no todas toleran la misma molécula, las mismas dosis o reaccionan igual frente a una terapia regular con medicamentos.
Por esta razón, se hace necesario individualizar la prescripción en función de las características de la mujer y esto solo lo puede realizar el profesional sanitario. Por lo general, se suelen probar varias marcas a dosis bajas.
Si la mujer va tolerando la dosis, entonces, es probable que se aumente la cantidad en progresión.
Control Médico antes de iniciar la terapia con Anticonceptivos Hormonales
El uso de estos métodos, requieren un control previo y una supervisión posterior pasado ya un tiempo desde la primera toma de anticonceptivo. Digamos, que es una rutina de seguimiento.
En cuanto al control previo, lo que se busca con éste es encontrar posibles factores de riesgo a base de exploraciones, anamnesis (historial clínico) y, si fuese necesario, un análisis de sangre.
¿Cuáles son los factores de riesgo cuando se toman anticonceptivas?
Lo primero de todo es encontrar en el historial clínico de la mujer, cualquier antecedente o enfermedad hereditaria que pudiera ocasionarle problemas en un futuro:
- Cáncer de Mama (en abuelas, madres o hermanas)
- Diabetes
- Accidentes coronarios en padre o madre antes de los 50 años
- alteraciones en el metabolismo de las grasas
Una vez superada esta primera barrera, entonces el médico suele determinar los factores que no son hereditarios pero sí que afectan a la propia persona:
- Riesgo de patología cardiovascular
- Diabetes
- Epilepsia
- Tabaquismo
- Consumo de medicamentos y/o drogas
- Patologías relacionadas con el hígado
Si todo está correcto, es posible que el médico le diga a su paciente que es apta para tomar anticonceptivos hormonales orales, aunque lo más recomendable y que debería hacerse siempre es aumentar el número de pruebas:
- Control de la presión sanguínea
- Analítica de sangre para determinar colesterol, transaminasas, triglicéridos, tiempo de protombina y glucemia basal
- Exploración ginecológica completa
- Citología Vaginal
Con todo ello realizado, el método se convierte en algo seguro para la mujer puesto que, además de conocerse su perfil clínico, es posible adaptarse a una molécula y dosis determinadas según el criterio y la valoración previa, disminuyendo mucho los riesgos y el malestar inicial cuando se empieza con un tratamiento que no es el adecuado.
¿Tengo que hacer un control médico cuando tomo anticonceptivas?
Iniciado el método, la mujer debería solicitar un control médico de seguimiento a los 6 meses y poder echarle un vistazo a los factores de riesgo que puedan estar presentes en este lapso de tiempo (por ejemplo, un aumento de la tensión arterial, cambios en el metabolismo significativos, interacciones con otros fármacos, etc…).
Si el control es positivo y se decide continuar con el tratamiento, entonces la mujer ya no deberá preocuparse mucho más, y deberá acudir a su cita anual con el ginecólogo, por si éste decide que hay que realizar modificaciones o han surgido cambios en el método en cuestión.
Lo que NO puede ser es que las mujeres adopten su método anticonceptivo desde un princpio y sin consulta médica y permanezcan varios años con el mismo y sin descansos.
Esto es contraproducente y a la larga, puede derivar en un riesgo patológico para ellas.
¿Cuáles son los cambios metabólicos del cuerpo cuando se toman anticonceptivos hormonales?
Los anticonceptivos hormonales orales pasan al torrente sanguíneo para poder llevar a cabo su acción. Esto implica que pueden interferir en algunos procesos del organismo o provocar cambios en el metabolismo de la mujer.
Uno de los cambios, no el más importante, que se dan con un uso continuado de este tratamiento es la aparición de los síntomas que conllevan a una depresión de carácter leve.
Esta depresión se suele asociar a los principios activos que conforman el componente gestágeno, puesto que son los que más inciden en el comportamiento y la psicología femenina.
A pesar de ello, no suele darse tanta importancia y se incide más en otros cambios que pueden suponer un cierto riesgo como lo es el cardiovascular.
Antes de citar estos factores, cabe decir que a día de hoy todavía se están realizando estudios clínicos (o esperando resultados epidemiológicos) que puedan relacionar la terapia hormonal con la aparición de tumores, como el de mama.
Parece que los últimos resultados disponibles sí que demuestran un ligero incremento en el riesgo de desarrollar cáncer en mujeres que empiezan pronto a tomar anticonceptivos hormonales (hasta 4 años de tratamiento) respecto a mujeres que no emplean este método.
Esto puede ser debido a que al empezar muy jóvenes la ovulación queda inhibida y no se produce durante una larga temporada, meses e incluso años, pudiendo causar que la mama no llegue a desarrollarse completamente. Se origina entonces una inhibición madurativa de las mamas.
Por otro lado, y esto ocurre a todos los rangos de edad y con otros métodos, es que existe un mayor riesgo a contagiarse con el virus del papiloma humano, aumentando también el riesgo de desarrollar cáncer en el cuello uterino.
Para todos lo casos, se necesitan todavía más resultados y estudios definitivos ya que la información aportada no es suficiente para establecer sólidamente la relación causa-efecto.
Riesgo Cardiovascular producido por anticonceptivos
La mayor preocupación de la terapia con hormonas combinadas es la dosis empleada de estrógeno y gestágeno, así como la generación de la molécula (principios activos más antiguos suelen ser los problemáticos).
Los estrógenos modifican los factores de la coagulación incrementando el riesgo a padecer una embolia u originar trombos a cualquier nivel.
Por otro lado, son beneficiosos para la tasa de colesterol en sangre ya que aumentan el denominado HDL o colesterol bueno.
¿Y esto no es beneficioso? Sí. Lo que pesa que la fracción que pertenece a la dosis de gestágenos hace todo lo contrario.
Estimula la producción de LDL o colesterol malo y disminuye el HDL, por lo que el riesgo tiene mucho que ver con la relación entre ambas dosis.
Los gestágenos provocan un aumento de la tensión arterial, que desaparece cuando ésta decide abandonar el método.
En un principio, esto no supone problema alguno, sobretodo en mujeres que tienen una tensión normal o incluso por debajo de la media.
En cambio, hay que tener cuidado y ser conscientes de que mujeres con hipertensión o problemas con los factores de coagulación deberán plantearse el uso prolongado con anticonceptivos hormonales orales o consultar previamente a su médico para que pueda realizar una valoración más exhaustiva.
Metabolismo Hepático y Biliar en la Mujer
En los que respecta a cambios o afectación en los niveles de proteínas hepáticas, las nuevas generaciones de anticonceptivas orales no suelen representar ya una complicación grave, puesto que no son problema.
Lo que sí existe es un riesgo, aunque muy bajo, de desarrollar cálculos biliares, sobretodo durante los primeros meses y en mujeres que tienen tendencia a ello.